
Yo también he recorrido ese camino, amigos míos. Y he sentido ese mismo dolor. Pero he aprendido que todo sucede por alguna razón.
Cada suceso tiene un porqué y toda adversidad nos enseña una lección. He comprendido que el fracaso sea personal, profesional o incluso espiritual, es necesario para la expansión de la persona. Aporta un crecimiento interior y un sinfín de recompensas psíquicas. Nunca lamentes tu pasado. Acéptalo como el maestro que es...
No hay comentarios:
Publicar un comentario